lunes, 8 de octubre de 2007

DANZA CON LOS APUS

DANZA CON LOS APUS



Igual que mi padre en su momento, el resentimiento me llevó a refugiarme en el pueblo de mi nacimiento. Toda la rabia y la impotencia traté de resolverla en un acto de venganza. Tal vez lo que nos salvó fue que lo tomamos un poco a la broma al principio. Pero después se fue convirtiendo en una verdadera cruzada. Cuando faltaban las fuerzas o cundía el desánimo al chocar con la dura realidad, bastaba recordar las afrentas recibidas para recobrar las energías allí donde se iban diluyendo en la vorágine de las dificultades cotidianas. A veces simplemente faltaba dinero para seguir adelante y estábamos a punto de tirar la toalla.
Lo bueno de entrar un poco en el terreno de la minería fue que podíamos trabajar en medio de los andes mismos. Por ejemplo, para buscar el terreno apropiado para instalas la planta de chancado, tuvimos que recorrer extensas áreas de terreno. Allí la misma hermosura del paisaje nos llevaba ha realizar recorridos cada vez más amplios. Era como un baño de luz y claridad. Era descubrir un nuevo mundo limpio, puro y sin mácula. Era como un remedio para el alma el que no habíamos buscado, pero que al encontrarlo nos hacía sentir agradecidos. Bastaba conversar con unos cuantos humildes pastores de ovejas o llamas para recuperar la fe en la humanidad. Para descubrir que había lugares donde la maldad nunca podría llegar, porque siempre tendría la protección de los Andes, y con ello de sus apus y dioses milenarios.

Un día tuve un curioso encuentro en una de esas estribaciones andinas con un grupo de mineros informales. Ellos se habían enterado que estábamos moliendo minerales y nos pidieron que les moliéramos unas cuantas toneladas de material aurífero que venían explotando en las zonas altas del río Chumbao. Llegamos a un acuerdo con ellos quedando en que trasladaran sus materiales a la planta de molienda. Lo que me dejó profundamente intrigado es que en los próximos meses, llegamos a tener información de centenares de lugares que podían ser explotados por la pequeña minería en términos bastante estables. Por decir algo, un peón agrícola ganaba en ese tiempo 10 soles o nuevos soles. El oro tenía una cotización de 30 dólares como mínimo Trabajando medio tiempo, ya que el resto se supone que debe trabajar la agricultura, el mismo peón puede sacar la suma de treinta soles. Con la cantidad de material existente, había para darle trabajo a varios miles de personas. El problema era que nadie se interesaba de manera seria en buscar mejorar la situación de nuestros campesinos. Como esta habían muchas maneras de llevar una significativa mejoría para la gente que vivía sumada en la pobreza sin tener por que estar en esa situación, estando rodeados de tanta riqueza.

Los mineros trabajaban realmente en condiciones muy difíciles. El mejor mineral estaba en lugares bastante inaccesibles. Lo normal era que llevaran un camión hasta donde éste podía llegar, a donde trasladaban el mineral a lomo de animales, ya sean burros, caballos y hasta llamas. En estos traslados conocí al dueño de una piara de llamas, que de lejos se le notaba como un personaje diferente a todos los demás. Me llamó la atención desde el principio, ya que se conducía con un señorío poco común.. Varias veces traté de conversar con él, pero a más de un saludo era imposible sacar palabras de su boca. Tampoco se puede decir que era tímido o rehuía a la gente. Su mirada era serena y frontal, tal vez con un ingrediente de superioridad.
Cómo era difícil hablar con él me puse de acuerdo con los mineros para que le dijeran que quién le pagaría por el alquiler de sus llamas sería yo.
En su próximo viaje se llegó hasta mis oficinas, dónde sentándose muy ceremoniosamente frente a mi me dijo a boca de jarro en su quechua perfecto
§ No era necesario que me hagas venir tan lejos, por tan poco dinero, es otra cosa que quieres de mi. Espero que me digas que quieres.
§ Ya que vienes con ganas de pelea, le contesté, te diré en forma directa que me preocupa.
Normalmente los indígenas no usan un lenguaje tan directo, y se dirigen a los mistis con bastante respeto, por lo que me sorprendió la actitud del personaje. Tenía este una edad indefinida. Parecía mayor, pero por la energía de sus gestos parecía bastante joven. Me desconcertó un poco su actitud, aunque no era arrogante ni descortés, era muy diferente a la de sus paisanos.
§ Bueno amigo, le dije, es cierto que te he hecho venir a propósito ya que como siempre han podido pagarte a la entrega de la carga, Lo que quiero saber es si me puedes hacer de guía por las lagunas altas que están encima de la zona donde trabajamos. Al pastar tus animales en esos terrenos seguro que conoces mejor que nadie.
§ Mas que pasear, veo que te inquietan otras cosas. También veo que no eres como muchos de esos mistis ignorantes, que solo por vivir en la ciudad creen que pueden tratar mal al indio.
§ Estas en lo cierto. Pienso que todos somos iguales. También has adivinado que son muchas las cosas que me preocupan. Soy serrano pero he regresado luego de muchos años de andar por el mundo. La verdad es que estoy un poco confundido. Quiero conocer mejor lo que es la cultura de nuestro pueblo.
§ Ahora si estamos en el camino. Para andar por las alturas hay días propicios. Te vendré a buscar en dos semanas, pero tienes que disponer de tres o cuatro días, para que tu camino sea provechoso. Y saldremos muy temprano ¿Estas de acuerdo?
§ Totalmente amigo, te estaré esperando.
No fue una sonrisa el gesto con que se despidió el hombre, pero se notaba claramente que era un gesto de simpatía. Dio media vuelta y se retiró. Ya cuando se retiraba, me fijé en vestimenta y pude apreciar que usaba un traje de bayeta completamente confeccionado de lana, parecido al que usaban los antiguos pobladores de las zonas más frías, pero lo llevaba con tal elegancia que pasaba desapercibido. La única diferencia era el sombrero, que le daba un aire de elegancia inusual en sus congéneres. Lo curioso era que hablaba ya en quechua o en castellano con bastante perfección. Mentalmente si le quitaba el atuendo podía imaginar a un catedrático que había conocido en la Universidad San Antonio Abad del Cuzco.
Así comenzó una inusual aventura que me llevó a recorrer grandes extensiones de las partes altas de la Provincia. En realidad todo un mundo nuevo y todo un descubrimiento. Cada paisaje que me llevó a conocer el hermano Pumasoncco tenía una fuerza increíble, ya podíamos estar en la puna. O contemplando inmensos lagos desde una colina cercana, o recorriendo un escarpado cerro más propio para las cabras. Todo tenía una pureza y una hermosura sin límites. Pero lo más interesante era que también las largas conversaciones con Autarqui me acercaron al descubrimiento de una cultura que creía había muerto.
§ Los Andes me decía el hermano Pumasoncco son los guardianes de la cultura de nuestro pueblo. Todo lo mejor de nuestro país de alguna manera tiene que ver con los andes.
§ Enséñame hermano Autarqui, de donde viene ese conocimiento que tienes, al parecer tienes respuesta para todas las preguntas.
§ Lo que yo predico viene de dos vertientes. Uno es el conocimiento ancestral que se trasmite de generación en generación. Mucho de lo nuestro se ha perdido. La otra vertiente es la formación de un grupo de investigación que se ha formado hace ya varios años en el popote del Mundo en el Cuzco. Con ellos nos reunimos cada cierto tiempo para dar cuenta de nuestras investigaciones y para compartir nuestras experiencias. La idea es recuperar lo principal de esa rica herencia del pasado.
§ Sin duda esa cultura que llegó a tener esos grandes logros, debió tener conocimientos muy avanzados en muchos terrenos.
§ El secreto hermano, era lograr el equilibrio. Que sepamos la organización social andina tenía tal organización que todos tenían sus necesidades satisfechas. Pero estaba claro también que en la sociedad comunitaria todos debían aportar lo necesario para que todo el sistema funcione.
§ Seguramente a ello se debe que desarrollaron muy bien la agricultura, y luego muchas formas de guardar las cosechas por mucho tiempo.
§ Así es amigo, a pesar de que se llegaron a dominar las aguas, mucho más que en nuestros días, asegurando las cosechas, siempre había un excedente que se guardaba para los tiempos malos. Esa reserva en algunas zonas podía durar para varios años.
§ Pero háblame que se entiende por ese equilibrio.
§ El hombre debe estar en armonía con el lugar donde vive, con la naturaleza. Pero también esa armonía debe ser con el cosmos, con todo el Universo, pues somos parte de él. Logrado ello se reflejaba en una armonía interna, personal íntima, alcanzando a los diferentes planos del espíritu del hombre. Todo ello en una palabra era el equilibrio.
§ Es asombroso hermano que una cultura aparentemente sencilla, resulte siendo en muchos aspectos superior a la cultura brutal que la conquistó.
§ Eso tiene su explicación. La historia cuando sea escrita imparcialmente dará cuenta de esa negra etapa. Pero no nos corresponde a nosotros esa discusión. Lo que queremos hacer es lograr un movimiento de recuperación cultural, como la única solución que rescatando nuestra cultura, luego pueda rescatar a toda la nación. Por el camino que vamos, con esa degradación moral que lo corrompe todo solo podemos hundirnos más cada día y cada año.
§ Justamente mi presencia en este pueblo andino obedece a la vergüenza y profunda decepción de esa sociedad que yo creía sin salvación.
§ Se lo que te han hecho hermano, a ti y a toda tu familia. Y les han afectado más esas afrentas porque ustedes fueron con el corazón sincero, y lucharon como verdaderos leones. Solo te puedo presentar mis condolencias. Pero has venido al lugar indicado. El Apu del Ande lo purifica todo. Aquí se concentra la energía del cosmos. Tiene tanta fuerza que es capaz de sanarlo y purificarlo todo.
§ No te voy a preguntar como sabes de mi historia. Pero es exactamente como lo has descrito. Ha sido muy doloroso. De veras. Pero ahora comprendo que todo tiene su motivo. Siento que luego de mucho tiempo empieza a llegar a mi corazón la paz y la resignación.
§ Para avanzar en ese camino hermano tienes que pensar que cada casa en este mundo tiene su lado positivo y su lado negativo. Tus esperanzas eran una aspiración justa. Pero ahora que no lo lograste piensa que logrando tu sueño, entrabas hacia un camino fácil. Lograbas una bonanza fácil a los bienes materiales. Eso tiene su parte positiva, pero también su lado negativo.
§ Con la bonanza hermano cargas también parte de esa carga negativa de la gente con la que te juntaste. Como son tus socios, si trabajas con ellos muchas veces tienes que cerrar los ojos a muchas cosas negativas que ves con tus ojos. La repetición de esos actos los van haciendo naturales a tus ojos. Al final eres un poco malo como ellos no?
§ Nunca lo había visto desde ese ángulo. Tienes razón. Estando con la basura, no puedes quedar limpio. Gracias hermano el otro beneficio seguro es que con tus palabras te has llevado la mitad de mi rencor. Que carga pesada es pensar todos los días con cólera en lo que te han quitado.
§ Cuánta energía desperdiciada hermano. Si esas horas que has dedicado a rumiar tus penalidades, las hubieras dedicado a construir, ya tendrías un edificio de diez pisos.
§ Tienes que enseñarme hermano a desprenderme de esta otra mitad que todavía me pesa en el alma.
§ No preocuparse hermano. Mira ese cerro. Es pura piedra cargada de mineral y de cuarzo. Sabias que la piedra y sobre todo el cuarzo tiene la propiedad de concentrar la energía que nos llega del Universo como una bendición?
§ Me pongo en tus manos hermano. Quiero que mi alma encuentre su Auquibamba.
§ Ya estas comprendiendo hermano, esa gran riqueza que buscas está dentro de ti. Solo debes aprender a vibrar con la fuerza que viene del cosmos para eliminar lo malo que alberga tu corazón y una vez purificado encontrar la riqueza con la que siempre soñaste.
Por su puesto luego de esta conversación descubrí el porque de la atracción que me había producido la sola presencia de Antarqui. Una mano invisible me había traído al lugar de mis orígenes, a donde como hombre cosmopolita, nunca pensé en regresar. Ahora me explicaba aquella serie de coincidencias que de una forma y otra me habían traído hasta aquí. Primero fue la idea de descansar solo un añito, curar y lamer las heridas, cómo esos andinos que bajan a los valles de la costa y luego de un arduo y extenuante trabajo contraen la tuberculosis. Pálidos y perdidos solo atinan al retorno como único medio de poder curarse. Así estaba yo, pero había contraído algo peor que una simple enfermedad del cuerpo. Esos cochinos, Kanras le dicen en mi tierra, habían logrado enfermar mi alma. Podrán los andes cargar las baterías que estaban al limite?, podrán recupera la energía perdida de esas últimas jornadas, que nos habían dejado no solo extenuados, sino desgastados y decepcionados de la humanidad.
Por otra parte siempre había tenido una gran admiración por la cultura andina. Pero era la primera vez que me acercaba a buscar respuestas que explicaran de una manera auténtica sobre ese legado que era evidente, pero que no estaba escrito en los libros de historia, más que como unos relatos sin mayor trascendencia. Era la primera vez que tenía la evidencia de que no era una cultura muerta, sino que estaba viva y consciente de que el pasado tenia un peso importante en la disposición del futuro. Autarqui estaba convencido de la responsabilidad que tenía su gente, pero también seguro que el rescate del pasado era tan contundente que un día tomaría la responsabilidad de enderezar todo lo que estaba torcido y tomaría las riendas del gobierno. Esta tarea podía demorar tal vez varios años, pero sería una realidad. Las acciones como el terrorismo o la llegada de falsos Pachacutec a la presidencia demoraba el proceso en vez de acelerarlo. Pero eran acciones inevitables. Unos llevaron su fanatismo hasta extremos de terrorismo desesperado, El otro solo usaba su cara para lograr algunos propósitos mezquinos y de grupo, Su corazón estaba muy lejos del equilibrio necesario, de los pensamientos de grandeza, de la comprensión de que era muy sencillo cuando la mente estaba en armonía y el corazón abierto.
Pero era todo lo contrario. El cerebro estaba contaminado con los estupefacientes, su estómago y su sangre lleno de alcohol. Pero lo peor era su corazón enturbiado por la ambición del poder y del dinero. Así era imposible tener el pensamiento claro. No era más que una fuente de más confusión, después del paso del dúo de los malignos.
Pero tal vez era necesario llegar hasta el mismo fondo del abismo. Desde allí se lavará la cara del país y se le dará un verdadero futuro. Cada día había más soldados que luego de ser purificados por los andes, bajarían como milenarias hormigas llevando la armonía integral a todos los rincones del Perú. El mensaje sería muy simple y muy sencillo, pero también muy contundente. “Ama Sua, Ama Quella, y Ama llulla. Cumpliendo fielmente estos preceptos, todo lo demás se dará por añadidura. No se necesita más.


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Nota de la Redacción: Auquibamba, significa Casa del Príncipe, o Casa del Hijo menor del Inca.

La Familia de Alfonso; Tiene su propio APU y se llama Aputayta, traducido al castellano es Cerro Padre. O Cerró progenitor. Origen de las Cosas.

La Familia de Alfonso tiene una historia muy rica que se remonta en los Andes a 1000 años y en Europa y Asia menor unos 3000 años.

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